Cómo la tecnología nos lleva a la edad de la imaginación

En muchos sentidos, el futuro es impredecible. Un informe del Foro Económico Mundial revela que casi el 65 por ciento de los trabajos que harán los estudiantes de escuela primaria en el futuro aún no existen. Combinado con la automatización tecnológica y la desaparición de empleos tradicionales, esto nos deja con una pregunta crítica: ¿cómo podemos sobrevivir a un mundo así?

La respuesta puede ser imaginación.

Inicialmente acuñada por Rita J. King, la edad de la imaginación es un período teórico más allá de la era de la información donde la creatividad y la imaginación se convertirán en los principales creadores de valor económico. Esto está impulsado por tendencias tecnológicas como la realidad virtual y el surgimiento de plataformas digitales como YouTube, que aumentan la demanda de contenido y creatividad generados por los usuarios. También es impulsado por la automatización, lo que le quitará muchos trabajos monótonos y rutinarios, dejando más trabajos ordenados y creativos.

“En la era de la imaginación, podemos imaginar colectivamente y crear el futuro que queremos habitar antes de perder esa oportunidad”, dice Rita. “No se trata solo de generar visiones utópicas para hacernos sentir mejor sobre los desafíos que enfrentamos. Podemos prototipar rápidamente y poner a prueba ideas para alterar nuestros sistemas y nuestras vidas”.

La economía de la imaginación

 Las tendencias tecnológicas están dando lugar a lo que muchos líderes de pensamiento denominan la “economía de la imaginación”. Se define como “una economía donde el pensamiento intuitivo y creativo crea valor económico, después de que el pensamiento lógico y racional se ha subcontratado a otras economías”.

La automatización tiene un papel que desempeñar en el proceso de externalización. Un informe reciente del McKinsey Global Institute descubrió que los trabajos relacionados con la recopilación de datos, el procesamiento de datos y el trabajo físico predecible tenían más probabilidades de ser automatizados y subcontratados a la tecnología. En contraste, las actividades más difíciles de automatizar son aquellas que involucran una experiencia compleja en la toma de decisiones, planificación, interacción humana, imaginación o trabajo creativo.

Como era de esperar, los humanos siguen superando a las máquinas cuando se trata de innovar y empujar los límites intelectuales, imaginativos y creativos. Economistas como Michael Cox señalan que los trabajos en publicaciones están disminuyendo, mientras que los trabajos para diseñadores, arquitectos, actores y directores, ingenieros de software y fotógrafos están creciendo. Además de la tendencia, este siglo ha visto un crecimiento en los juegos y trabajos en medios interactivos. Todo esto marca el comienzo de la era de la imaginación.

Necesidad de una reforma educativa

 Una de las tragedias de la educación tradicional es que fue diseñada para la era industrial.

Pero ahora no solo vivimos en la era de la información, sino que ya estamos avanzando hacia la era de la imaginación. La mayoría de las escuelas tradicionales no han podido mantenerse al día con los efectos del crecimiento exponencial en nuestro mundo. En lugar de poner énfasis en las calificaciones o el conocimiento del contenido, debemos comenzar a poner énfasis en las habilidades de supervivencia del siglo XXI. Esto incluye mantenerse al día con el creciente valor económico de la imaginación y la creatividad.

Contrariamente a la creencia popular, la imaginación y la creatividad son a) no completamente intuitivas/innatas, y b) no solo críticas para aquellos oficialmente en trabajos creativos. Al igual que cualquier otra habilidad, estas habilidades se pueden cultivar y son fundamentales para las personas de todos los ámbitos profesionales. Los empresarios, los científicos, los escritores, los líderes corporativos y los innovadores pueden beneficiarse de una mayor creatividad e imaginación.

Hay muchas maneras de mejorar estas habilidades en las mentes jóvenes. Una manera de cultivar la creatividad es enfocarse cada vez más en el pensamiento multidisciplinario, donde se les enseña a los estudiantes a crear vínculos intercurriculares y a ver problemas desde diferentes ángulos y contextos.

Otro método crítico es alentar a los estudiantes no solo a ser consumidores pasivos de información, sino también a involucrarse en procesos creativos como activos activos, utilizando el conocimiento que obtienen para resolver problemas activamente. Otras actividades que permiten la imaginación pueden incluir autorreflexión, escritura creativa, escuchar música inspiradora no lírica, sumergirse en películas o libros creativos, etc.

Imaginando el futuro

 La aparición de la era de la imaginación ofrece más que un valor económico. Antes de diseñar el futuro, primero debemos decidir en qué tipo de futuro queremos vivir. Aquí es donde la imaginación es una fuerza poderosa. En palabras del primer ministro de Dubai, su alteza Sheikh Mohammad bin Rashid Al Maktoum, “el futuro pertenece a aquellos que pueden imaginarlo, diseñarlo y ejecutarlo. No es algo que esperas sino que creas”.

La capacidad de imaginar un futuro radical y emocionante, para nosotros mismos como individuos y colectivamente como una especie, es un combustible para el progreso humano. Después de todo, es la razón por la que Albert Einstein dijo, “La imaginación es más importante que el conocimiento”.

En muchos sentidos, ya estamos viviendo en nuestra imaginación. Considere esto: cada invención o construcción humana, ya sea la nave espacial, una maravilla arquitectónica o un dispositivo como un iPhone, alguna vez existió como una mera idea, imaginada en la mente de alguien. El mundo que hemos diseñado y construido a nuestro alrededor es una extensión de nuestra imaginación.

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