Propuesta de reforma a la actual estructura orgánico académica de nuestra universidad – un aporte desde la Facultad del Medio Ambiente y Recursos Naturales
Nuestra universidad es un reflejo de lo que sucede en el país, el cual está conformado por una sociedad líquida según lo señalado por Bauman, citado por Eco (2016), en su reciente y póstuma publicación “De la estupidez a la locura”.
Dos de las características de la precitada sociedad, son la crisis de las ideologías y la crisis de la comunidad, distinguida esta última por un subjetivismo representado e interpretado a su vez, por “un individualismo desenfrenado, en el que nadie es ya compañero de nadie, sino antagonista del que hay que guardarse”.
Al morir la ideología, en la sociedad predominan individuos de mente líquida, que por simple y rasa desidia no toman partido de nada o prohíjan de manera no continua posiciones contradictorias sin llegar a resolverlas o al menos comprenderlas.
Y precisamente los atributos antes señalados, son los que pueden estar direccionando en lo académico el accionar de nuestra colectividad y universidad en los últimos años, encontrando personas en las unidades académicas y en los proyectos curriculares que las integran, que no profesan ni comulgan con ideas fundamentales que guíen su compromiso misional institucional, no solo porque las mismas son precarias y cuando se explicitan no se aplican, sino que además, no son de interés de la particularidad egótica de poder y orientadora del proceder, de un gran número de discentes y docentes de nuestro centro educativo.
De esa manera, estamos desaprovechando el privilegio que nos reconoce la sociedad a quienes estamos en la academia, para en primer lugar, pronunciarnos respecto a la modificación de paradigmas educativos y legales, que actualmente prevalecen al amparo de planteamientos propios de la educación negocio y en los cuales la competencia no significa suficiencia en la actuación, sino por el contrario, es sinónimo de competitividad, con lo que se nos conduce a la permanente aceptación e imitación de ideas y, en segundo lugar, para promulgar, defender y actuar, según principios fundamentales provenientes de mentes y pensamientos complejos que identifiquen escuelas (no operacionales), produciendo así nuevas ideologías que en el contexto de la continua interrelación recursiva de investigación – desarrollo (tecnología) – innovación – creación, nos permitan llegar a cumplir con lo que de nosotros se espera y mostrando el protagonismo que nos corresponde.
Situación conspicua que salta a la actualidad en nuestra universidad y ante la cual es urgente reaccionar, aprovechando para ello la motivación generada por la propuesta de modificación a la máxima norma orgánica institucional (estatuto general) que se ha presentado, aun cuando sin soporte estructural académico conocido, contribuyendo con aportes igualmente propositivos sobre el tema y que enriquezcan la discusión y cooperen con la posterior toma de decisiones.
El presente documento lo componen cinco (5) capítulos, abarcado el primer capítulo los marcos de referencia y en el cual se da a conocer el contexto en el que se desarrolla lo tratado en el texto. En el segundo capítulo se muestran los referentes obligatorios de la propuesta de aporte, en donde se abordan de manera aplicada los soportes conceptuales, experienciales, técnicos y legales, para presentar la propuesta de modificación a la estructura orgánica académica de la universidad. Encontramos a continuación el acápite tercero, allí se ilustra la situación actual de la Facultad del Medio Ambiente y Recursos Naturales y su relación con otras unidades académicas de la Universidad y con la universidad propiamente dicha. En el capítulo cuarto, se comenta la estructura orgánica académica de nuestro ente institucional desde 1993, para en el quinto capítulo dar a conocer la propuesta de reforma a la actual estructura orgánica académica de nuestra universidad, intencionalidad centrada en un funcionamiento sobre escuelas del pensamiento, unidades académicas y programas académicos de diferentes niveles de formación, en lo relativo a las ciencias, a lo tecnológico y a las artes y congruente con nuestros ejes misionales en su orden jerárquico, formación, investigación y extensión social.
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