Historia de las Calaveras Aztecas

Los aztecas con frecuencia sacrificaban a los seres humanos a los dioses. Las personas que fueron sacrificadas, que llegaban hasta cientos o incluso miles por año, tenían sus corazones arrancados y sus cráneos fueron almacenados en un estante limpio llamado “cráneo rack”, que se mantuvo cerca del Gran Templo llamado “Templo Mayor”. En los últimos años, uno de estos estantes de calaveras aztecas, probablemente el más grande, ha sido descubierto por los arqueólogos en el sitio del Gran Templo en la ciudad clave del Imperio Azteca, Tenochtitlan. El estante utilizado para almacenar esos cráneos se llamaba “tzompantli”.

Historia de los cráneos aztecas

Una fascinación con los cráneos humanos y la propensión a almacenar los cráneos de los humanos sacrificados había existido en la cultura pre-azteca como la de los toltecas, que existía desde el siglo IX al XIII. Los aztecas tomaron prestadas en gran medida de la sociedad tolteca anterior en términos del arte y de la cultura, y el almacenaje practicado de cráneos en estantes también se asemeja fuertemente con una práctica similar entre los Toltecs.

Cremallera Azteca o Nahuatl

El bastidor de cráneos Azteca se llamaba Tzompantli. En el idioma náhuatl hablado por los aztecas, “tzom” significa pelo o cuero cabelludo, mientras que “pantli” se cree que significa fila o pared. Tzonpantli, entonces, era un estante de cráneos que constaba de dos postes verticales largos a cada lado del estante. Entre estos polos, muchos polos horizontales fueron insertados y en cada uno de estos polos horizontales, se colocaron cráneos humanos.

Cráneos Aztecas propósito y significado

El cráneo del cráneo azteca estrechamente asociado con la cultura de los tribunales de pelota de Mesoamérica. Tales canchas de pelota eran comunes en las diversas civilizaciones y áreas de Mesoamérica. El campo de pelota fue un juego que fue jugado por dos equipos de jugadores en una corte importante y tuvo significación diferente para diferentes culturas. Se cree que en muchos de estos casos, el equipo perdedor fue sacrificado y sus cráneos puestos en el estante del cráneo. Del mismo modo, todos los guerreros cautivos que fueron sacrificados a los dioses también tenían sus cráneos puestos en estos estantes. Por un lado, estas calaveras eran una especie de tributo a los dioses aztecas y por el otro, que inculcó el miedo en los corazones de cualquier rival que visitó la ciudad.

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