La afectacion de los trabajos y el estancamiento de la economía

En cada trimestre de la década de 1990, seis de cada 100 trabajadores se trasladaron a nuevos empleos, mientras que 5,5 de cada 100 trabajadores dejaron sus empleos. Cuando no son despedidos, muchos empleados pasan de empresa en empresa, o diferentes puestos de trabajo en su empresa en busca de una experiencia más amplia, mejores salarios, mejores perspectivas para la construcción de carreras y el avance o una mayor compatibilidad con las necesidades personales. Históricamente, las empresas jóvenes han sido creadoras dinámicas de empleo, pero ahora representan una proporción menor de nuevas contrataciones, de aproximadamente el 38% a fines de la década de 1990 a aproximadamente el 33% hoy en día, según la Fundación Kauffman.

Los datos de marzo de la encuesta sobre oportunidades de empleo y mano de obra del Departamento de Trabajo mostraron que 5,3 millones de trabajadores se mudaron a un nuevo empleo, frente a los 5,5 millones en febrero. Cerca de cinco millones dejaron sus empleos en comparación con 5,2 millones en febrero. La buena noticia es que ahora hay 1.4 trabajadores desempleados por cada empleo disponible, lo que supone un descenso significativo respecto de los 6.7 trabajadores por cada empleo disponible en el peor momento de la recesión, y que el 60% de los trabajadores están cambiando voluntariamente.

Obstáculos de inversión, negocios y movilidad laboral

La ominosa noticia es que estas mejoras no han sido acompañadas por un crecimiento sostenido de la productividad. Medir la productividad es objeto de mucho debate, y hay una considerable controversia sobre el impacto de la tecnología. Sin embargo, casi tres décadas de menor desaceleración en el flujo de la formación de empresas y de las muertes empresariales, de los mercados laborales menos dinámicos y del crecimiento de los ingresos planos apuntan con urgencia a la necesidad de una mejor política.

Washington y los gobiernos estatales necesitan despertar y eliminar los obstáculos a la inversión, la formación de nuevos negocios y la movilidad laboral. El fomento de la inversión en capital humano e infraestructura productiva es esencial, por lo que se está moviendo a condiciones financieras y de tasas de interés que promueven la inversión y el crecimiento. Eso podría dar a los inversionistas y trabajadores estadounidenses el rebote que merecen. Lo que hemos estado haciendo hasta ahora no ha funcionado. ¿Tiempo para algo nuevo?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *