Aquí está las ideas de economía que Donald Trump propuso en una frase: Crear una recesión económica innecesaria por la deportación de 7 millones de trabajadores, mientras que la reducción de impuestos para los ricos y la obligación de los Estados Unidos a pedir prestados billones de dólares a los acreedores, Trump ahora ha amenazado con rígido, . Sería la mayor y más tensa recesión de la historia de Estados Unidos.

El abandono de Trump del sentido común económico es, como mucho de su atractivo, no una posición extraña en el Partido Republicano, sino una extrapolación del reciente compromiso de su partido con la insanidad fiscal. Las elites republicanas han respondido a la creciente desigualdad de ingresos al proponer una serie de reducciones de impuestos para los ricos.

Paul Ryan, nominalmente el adulto electo del partido, se elevó a la fama con promesas de reducción de impuestos y propuestas draconianas para reducir la red de seguridad. Cuando las tasas de interés eran históricamente bajas y el gasto en infraestructura era atractivo, los republicanos pidieron reducciones de déficit. Cuando la recuperación era todavía frágil, jugaban al pollo con el techo de la deuda amenazando con un default hasta que el presidente cediera a sus demandas presupuestarias.

Las ideas económicas de Trump son tan azarosas que, por sus propios méritos, apenas merecen ser tomadas en serio o consideradas juntas. Pero dado que ha logrado convertirse en el presunto candidato presidencial del Partido Republicano, los medios de comunicación no tienen elección. Como gran parte de su candidatura, esas ideas son una broma, una que el país está obligado cívicamente a tomar en serio.