¿Por qué fagotista?

Pauta

El instrumento musical es un cuerpo fascinante para muchas personas. Para los niños se convierten en cosas, objetos, cuerpos, indescriptibles. En mi caso tuve la oportunidad de estar rodeado de instrumentos desde muy pequeño. El fagot no fue el primer instrumento que tuve en las manos, el primero fue un acordeón de juguete, luego un violín, una tambora, varios instrumentos de percusión, una guitarra, etc. El fagot lo vi por primera vez saliendo de una clase de guitarra. En el salón que estaba al lado del aula de guitarra había un señor, ya muy mayor, tocando fagot. Lo vi por la ventana y para mí fue increíble, jamás había visto un fagot en mi vida. Ese instrumento largo, del cual salía un tubo en dirección a la boca. -¡Que grande es!, pensé. El señor nos invitó a pasar a unos niños y a mí, y nos mostró el fagot, nos dejó tocar unas cañas y fue muy amable. A la semana siguiente, después de la clase de guitarra, volví a ver al señor. Fueron muchas semanas así. 

Cuando entré a bachillerato, en el colegio musical al que asistía, en la selección de instrumentos el señor que tocaba fagot al lado de mi clase de guitarra me encontró y me anotó en una lista. Yo quería tocar percusión, que era lo que estaba tocando en primaria, pero él me seleccionó para fagot. Claramente lo hizo porque necesitaba alumnos, pero también lo hizo porque me conocía y sabía que el fagot despertaba en mí muchísimo interés. 

Ya lo que sigue fueron clases, clases y mas clases de fagot. Me empezaba a aburrir. -Muchas clases, pensaba. Un día se dañó el fagot que me asignaron y el maestro me pidió que lo acompañara un sábado, preciso un sábado, muy parecido a mis clases de guitarra, que también eran los sábados, los mismos sábados cuando conocí por primera vez un fagot. Bueno, el sábado que decidimos arreglar el fagot yo estaba completamente libre todo el día. El maestro tenía la tarde ocupada, así que él arregló el fagot en la mañana y después del almuerzo me tocaba estar pendiente de la parte que pegó. En esa tarde aburrida la única manera de matar el tiempo era armar otro instrumento y tocar. Ahí fue cuando le encontré el gusto a tocar fagot. En la soledad de una tarde de sábado me di cuenta, observando el paisaje del cañón del combeima, que tocar fagot era algo que realmente me interesaba. Creo que fue el punto donde empecé a estudiar y a tocar cada vez más el instrumento. 

Así que ¿porqué fagotista? Bueno, ¿por qué no? Creo que encontré el fagot y me deslumbró  la presencia del instrumento. Luego en la soledad de una tarde de sábado encontré refugio  en él para seguir en este asfixiante mundo. Creo que me ayuda a respirar, de un modo u  otro. 

Estas líneas borrosas resumen en palabra el porqué fagotista, pero lo que realmente me responde es cuando toco fagot, y sobre todo cuando toco lo que me gusta tocar, cuando hago lo que se me da la gana hacer con mi instrumento. Esta pregunta se responde cuando puedo llorar, reir, disfrutar, burlarme, preguntar, amar, tocar, sentir y muchas otras cosas con mi instrumento. 

La pregunta solo se responde tocando, mirando, sintiendo, fagot. La pregunta se responde en los momentos donde fagoteo en el mundo.

 

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