Hablamos de bioética ¿Pero la conocemos en nuestro medio?
Fabiola Cárdenas
Publicado en el Periódico UDISTRITO en septiembre de 2012
Debe estar bastante claro para la comunidad universitaria que no se evidencia sentido de pertenencia en algunos aspectos, como es el caso de conservar la Universidad limpia, usar las canecas de colores para separar los residuos sólidos, cuidar las plantas, mantener el silencio en algunas áreas, cuidar las instalaciones y el mobiliario entre otros. El procedimiento a seguir frente a los problemas ambientales de nuestra Universidad, se enfrenta no solo a las técnicas y procesos, sino al compromiso de cada una de las personas, sean estudiantes, administrativos o docentes, a partir de sus valores, que no deben estar enfocados solo desde lo económico sino especialmente desde lo ambiental y lo humano, para garantizar la sostenibilidad del medio, en este caso de nuestra Universidad, que finalmente resulta ser nuestra propia morada.
Se debe partir del análisis filosófico de lo que está vivo, en este caso partimos de nuestras propias vidas, de lo que no está vivo y como se presentan sus relaciones constantemente. Este razonamiento es inevitable para conocer y entender como es la conducta del hombre frente a la naturaleza y a los otros individuos, y los cambios que se generan por esta conducta que pueden ser positivos o negativos para el medio. A través de esta exploración persistente, se busca también que el manejo de la naturaleza y del medio sea más razonado, recurriendo a los Valores humanos en los que siempre se dé un enfoque hacia el bienestar de las mayorías.
La proyección y prospección del medio ambiente en la Universidad debe también basarse en la bioética; esta proyección se puede enfocar en la valoración diferentes aspectos del ambiente, como su administración y preservación, a partir de la toma de conciencia de la comunidad universitaria, la responsabilidad conjunta y el poder de decisión que puede intervenir positivamente en el manejo del medio.
Esto es para conseguir la dignidad personal y social de la comunidad universitaria, e igualmente mejorar la calidad de vida para todas las personas. Hoy por hoy, como resultado del desarrollo industrial y los conflictos armados, entre otros, hemos impactado de forma negativa recursos naturales como animales, plantas, paisaje, agua, suelos, aire y energía; como consecuencia de la soberbia del antropocentrismo ético de occidente, que ha aislado la cultura y la naturaleza, esto da como efecto una mala conciencia moral (Cely, 2008).
Llegado a este punto en la Universidad, y en el mundo, no se evidencia de forma clara la aplicación de los valores humanos en el manejo del medio ambiente, en parte por desconocimiento o falta de información. De esta manera, la ética debe ser integrada en los procesos, hace que la persona tome decisiones en valores, a partir del discernimiento, esto es diferenciando el bien como valor y el mal como juicio negativo, persiguiendo el bien individual o social (Castro y Bernal, 2003).
Aramani (2007) propone que las dificultades ambientales no hacen parte de mí, ni de la acción sistémica, ni de todos nosotros; sino es el resultado de mí, de nosotros y de todos nosotros (figura 1). Los principios de bioética son legítimos como expresiones de la realidad humana en correspondencia con la solidaridad y correlación; la variación de la vida del otro hace parte del cambio positivo o negativo de mi vida, es preciso velar por la vida de todos los seres y defenderla (Cely, 2008). Esto se puede resumir en una habilidad ecológica colectiva, en la que existe responsabilidad sobre las consecuencias reales de lo que se hace o lo que se compra, y busca que no se haga daño a través de estas decisiones (Segrè, 2010).
Cuando la mayoría entienda la necesidad de cuidar el medio en el que convivimos se empezará a evidenciar el cambio en el bienestar de todos. Desde siempre la humanidad, y todos los organismos vivos, están en manos del medio que los rodea. Un buen manejo ambiental en la Universidad, para un país como Colombia, puede redundar en sostenimiento, en bienestar y en beneficio para la naturaleza, ahora y en el futuro.
Cabe concluir que a nivel bioético, es preciso que en la Universidad se generen acciones que busquen la protección del ambiente, que surjan de ideas consensuadas e interdisciplinarias. Tenemos que hacer un pacto para mejorar, no es una oficina sola la que se debe comprometer, o un pequeño grupo de personas los que pueden lograr esto con el tiempo, es el resultado del esfuerzo de “todos”, debe partir del aprecio por lo que somos y por lo que tenemos.
Bibliografía
Aramani, M. 2007. Introducción a la bioética. Colección de bioética. Guffre Editore. Italia.
Castro, M. F. y Y. Bernal. 2003. Bioética, tecnología y medio ambiente. Bioética, ciencia, tecnología y sociedad. ColecciónBios y Ethos. Ediciones el Bosque. Bogotá.
Cely, G. 2008. Bioética. Humanismo científico emergente. Pontificia Universidad Javeriana. Colombia.
Segrè, A. 2010. Lezioni di ecostile. Consumare, crescere, vivere. Bruno Mondadori. Pearson. Italia.