La Comisión del Consejo Superior ha concluido hoy 31 de julio la elaboración de unos Estatutos que representan la Reforma de la Universidad.
Fueron 34 reuniones de una actividad sistemática y exhaustiva, patentada legalmente en sus actas, y en las que consiguió una reformulación integral de las estructuras de la Universidad, particularmente de su organización académica, sin por ello propiciar la ingobernabilidad o escapar a los límites de la Ley Estatutaria de la Educación.
La inspiraron principios democráticos, los criterios de aseguramiento de la calidad y un gran interés por la ciencia, por el espíritu creativo, por la pedagogía crítica y por la innovación tecnológica.
Se trata en realidad de un nuevo Estatuto, avanzado y de alcances genuinamente transformadores, en el desarrollo de la integración académica y de la participación democrática; todo ello pensado alrededor de la afirmación de un sujeto autónomo y libre, opuesto a los dogmas, al autoritarismo y a los irracionalismos que abdican de la pasión por el conocimiento.
Por su parte, la rectoría y sus asesores, incluidos los vicerrectores, realizaron otras tantas reuniones, como sesiones preparatorias de las propuestas y de las enmiendas de mejoramiento.
Es la primera vez que una comisión formal del Consejo Superior y una administración encabezada por la rectoría se comprometen a fondo durante tanto tiempo en las tareas de una reforma de esta naturaleza con dimensiones cuasi-revolucionarias.
Restan ahora las sesiones que organizará por bloques temáticos el plenario del Consejo Superior, trabajo que acometerá el organismo de dirección para coronar muy pronto la confección final de estos estatutos, los cuales representarán la nueva cara de una Universidad más científica y creadora; más democrática y ciudadana.