El 2022 fue un año de diversos retos y desafíos, fue el año en el que se retornó a la presencialidad y se restauró la cercanía con los otros integrantes de la institución. El retorno progresivo, responsable y organizado a las aulas, junto con las acciones para retomar los proyectos institucionales que habían quedado en pausa debido al confinamiento causado por la pandemia COVID -19 representaron los retos más importantes.
La gestión durante la vigencia 2022 se dio en medio de un contexto social, económico y político de cambio. La Universidad reinició sus servicios presenciales. Sin embargo, durante la ausencia de la comunidad universitaria en las sedes de la Universidad no se realizó el mantenimiento adecuado lo que produjo impactos negativos en el retorno a la normalidad pues se había atrasado el desarrollo de obras de infraestructura como las de la sede del Ensueño y de la Calle 40. Además, había dudas frente a la decisión de volver a la presencialidad. La Universidad acababa de recibir sanciones por incumplimientos tributarios y presentaba, entre otros, una disminución de la demanda académica. Durante los momentos más difíciles pudimos reaccionar para atender a la comunidad educativa y entender que el aula de clases es un eje central y básico para la producción del conocimiento y la formación de estudiantes. Para disminuir el impacto de lo enunciado, se propició el mantenimiento, provisión y adecuación de espacios físicos, asegurando entornos seguros de aprendizaje para los estudiantes.