Los 6 mayores mitos sobre la adicción a la tecnología

¿Qué tan preocupado debe estar la gente acerca de los efectos psicológicos del tiempo frente a la pantalla? Equilibrar el uso de la tecnología con otros aspectos de la vida cotidiana parece razonable, pero hay muchos consejos contradictorios sobre dónde debería estar ese equilibrio. Gran parte de la discusión se enmarca en la lucha contra la “adicción” a la tecnología. Eso se asemeja a un pánico moral, dando voz a reclamos espeluznantes basados ​​en datos débiles.

La tecnología no es una droga

Algunas personas han afirmado que el uso de la tecnología activa los mismos centros de placer del cerebro que la cocaína, la heroína o la metanfetamina. Eso es vagamente cierto, pero las respuestas cerebrales a las experiencias placenteras no están reservadas solo para las cosas no saludables.

Cualquier cosa divertida resulta en una mayor liberación de dopamina en los “circuitos de placer” del cerebro, ya sea para nadar, leer un buen libro, tener una buena conversación, comer o tener relaciones sexuales. El uso de la tecnología hace que la liberación de dopamina sea similar a otras actividades normales y divertidas: entre un 50% y un 100% por encima de los niveles normales.

La adicción a la tecnología no es común

Las personas que hablan sobre adicciones tecnológicas a menudo expresan frustración con el uso de su teléfono inteligente, o no pueden entender por qué los niños juegan tanto. Pero estas no son adicciones reales, que implican una interferencia significativa con otras actividades de la vida, como la escuela, el trabajo o las relaciones sociales.

La investigación ha sugerido que el 3% de los jugadores, o menos, desarrollan comportamientos problemáticos, como descuidar el trabajo escolar hasta el punto de que los grados sufren. La mayoría de esas dificultades son leves y desaparecen por sí solas con el tiempo.

La adicción a la tecnología no es una enfermedad mental

Por el momento, no hay diagnósticos oficiales de salud mental relacionados con la adicción a la tecnología. Esto podría cambiar: la Organización Mundial de la Salud ha anunciado planes para incluir el “trastorno del juego” en la próxima versión de su Compendio Internacional de Enfermedades.

Pero es una sugerencia muy controvertida. Estoy entre los 28 eruditos que escribieron a la OMS protestando que la decisión fue mal informada por la ciencia. La OMS pareció ignorar las investigaciones que sugerían que el “trastorno de los juegos” es más un síntoma de otros problemas de salud mental subyacentes, como la depresión, en lugar de su propio trastorno.

La ‘tecnología adicción’ no es causada por la tecnología

La mayor parte de la discusión sobre las adicciones tecnológicas sugiere que la tecnología en sí misma es fascinante, dañando los cerebros normales. Pero mi investigación sugiere que las adicciones tecnológicas en general son síntomas de otros trastornos subyacentes, como la depresión, la ansiedad y los problemas de atención. La gente no cree que las personas deprimidas que duermen todo el día tengan una “adicción a la cama”.

Esto es particularmente preocupante cuando se considera quién necesita tratamiento y para qué condiciones. Los esfuerzos para tratar la “adicción a la tecnología” pueden hacer poco más que tratar un síntoma, dejando intacto el problema real.

La tecnología no es únicamente adictiva

Hay pocas dudas de que algunas personas se exceden en una amplia gama de actividades. Esas actividades sí incluyen el uso de la tecnología, pero también el ejercicio, la alimentación, el sexo, el trabajo, la religión y las compras. Incluso hay trabajos de investigación sobre la adicción a la danza. Pero pocos de estos tienen diagnósticos oficiales. Hay pocas pruebas de que la tecnología sea más utilizada en exceso que una amplia gama de otras actividades agradables.

El uso de la tecnología no conduce al suicidio

Algunos expertos han señalado un aumento reciente en las tasas de suicidio entre las adolescentes como evidencia de problemas tecnológicos. Pero las tasas de suicidio aumentaron para casi todos los grupos de edad, en particular los adultos de mediana edad, durante el período de 17 años de 1999 a 2016. Este aumento aparentemente comenzó alrededor de 2008, durante el colapso financiero, y se ha vuelto más pronunciado desde entonces. Eso socava la afirmación de que las pantallas están causando suicidios entre los adolescentes, al igual que el hecho de que las tasas de suicidio son mucho más altas entre los adultos de mediana edad que entre los jóvenes. Parece que hay un problema mayor en la sociedad. Los tecnópatas podrían distraer a la gente común y a los funcionarios de salud de identificarlo y tratarlo.

 

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