LA PALABRA, LA MÚSICA, LAS NIÑAS Y LOS NIÑOS

Leonor Aljure Lis

Preescolar Artístico Ambiental Semillas

Grupo de Canciones Populares Nueva Cultura

 

En el presente escrito haremos una somera reflexión sobre una temática bastante amplia y compleja como lo es La Palabra, la música y los infantes  en el marco de la experiencia pedagógica de semillas y con el respaldo musical de grupo de canciones populares nueva cultura. Además estableciendo una relación con la música, en un campo definido de formación y desarrollo de niñas y niños de Primera Infancia.

LA PALABRA

En principio La Palabra se define de varias maneras en el terreno del lenguaje: como una secuencia de sonidos articulados que se asocian a un significado y que se puede representar gráficamente; mínima unidad significativa; mínima forma libre antecedida y precedida  de pausas virtuales.

Tratando de entender y explicar esta mínima unidad desde varios aspectos como su forma, su función, su significado, su origen, su composición, se han creado disciplinas que se dedican a su estudio y proceso de evolución.

Pero también la Palabra puede tener otras connotaciones, tales como “pedir la palabra”, o cerrar un trato de “palabra”, esta última cada vez menos frecuente por ser cada vez más común el sentir de desconfianza en el cierre de pactos, promesas  o acuerdos entre las personas.

Pero en lo que tal vez podemos ir adentrándonos es en el sentido de La Palabra como expresión y comunicación, es decir  como sonido. Al expresarse sonoramente la palabra puede ser contundente, descriptiva de ideas, emociones, reflexiones, vivencias, desencantos, sentires y que según su sentido en el uso, puede ser también constructiva o destructiva.

Al manifestarse como sonido, la palabra se devela en aspectos propios del mismo, especialmente el timbre, el color.

Ellos son elementos de identificación de  situaciones, emociones, de personas. Esta forma de manifestación de la palabra, la une estrechamente con la voz. Se puede observar en los ojos de un niño, la emoción al escuchar hablar a su madre cuando llega, aun sin haberla visto.

La voz, con su individualidad, con su timbre, con su color no visible, si audible, en sus diferentes formas de emisión, cantada, hablada, susurrada, gritada; como alarma, como goce o al igual que la palabra, como medio de comunicación. Su emisión nos lleva a establecer otra importante conexión a tener en cuenta, es la relación entre la voz y el cuerpo, a través de la respiración.

La respiración más allá, de un acto físico y fisiológico inconsciente y mecánico. Retomándola y recuperándola en su esencia y conciencia como una manera de nutrir nuestro cuerpo energético para lograr y conservar una buena salud y como una manera de regular las emociones.

El cómo respiramos da cuenta del cómo vivimos.

La interpretación de la palabra sonora es posible a través de la voz. La respiración es el aliento de la voz.

Serge Wilfart, plantea en su documental “encuentra tu voz y tu personalidad” (2015), que la función comunicativa de la voz, más que el lenguaje es la manera como vibra el cuerpo en la emisión. Que por eso la voz no se fabrica sino que se respira y ella viene como testimonio de la energía y en correspondencia con la estructura. El encuentro de la voz es producto de un viaje y una búsqueda interior. (Aljure,L 2017)

Es entonces La Palabra en su emisión a través de la voz, una forma de auto reconocerse como ser único en su estructura, vibración y color. En la medida en la que esto se cultive no solo en las niñas y los niños, sino también entre los adultos que por supuesto los rodeamos, podremos aportar un ápice de seguridad en el devenir de todos.

En otro sentido que no es muy distante del anterior y tratando de rescatar el valor cotidiano de la palabra, ya planteando otra manera de instalarse en el mundo, de establecer relaciones de cada ser consigo mismo desde su interior y desde allí con su entorno, con sus pares, inclusive con otros seres de los otros reinos de la naturaleza, podemos también incursionar en el sentido de La Palabra desde el punto de vista Oriental, más exactamente desde la Medicina Tradicional China, MTC.

Siendo la palabra una manera de comunicación, se vuelve parte primordial de la relación con el entorno, de cómo logramos una actitud flexible y adaptable ante el devenir. Las relaciones se construyen en gran parte a través de la palabra. El uso que diariamente se le dé, influye definitivamente en la circulación de la energía no solo de cada sujeto, si no del ámbito que lo alberga. Es decir un uso inadecuado de ella puede convertirla en factor importante de contaminación en este nivel.

La sinceridad es un aspecto decisivo en la definición del carácter que puede estar adquiriendo el uso de la palabra. Define y construye un estilo de vida. El estilo de vida puede ser armonioso en tanto lo que decimos sea sincero con las emociones que sentimos, y lo que hacemos sea sincero con lo que decimos y pensamos. Es una triada entre el pensar, el sentir y el actuar en la que la palabra es el elemento articulador. Frecuentemente una emoción nos puede generar un pensar, pero en el momento de actuar en torno a él,  circunstancias, presiones sociales u otros factores influyentes nos llevan a decir y hacer algo contradictorio. El, “frecuentemente” se convierte en hábito, en una manera de vivir que va golpeando el corazón.

Es primordial reparar y preguntarnos cuál es el estilo de vida que enseñamos a nuestras niñas y niños.

Desde la MTC, La Palabra es la representante del corazón, a través de su sinceridad y su belleza, dos naturalezas que han venido perdiéndose en su cotidiano uso. Es tal vez, esta la causa, por la cual ya no se cierran tratos en los que de por medio solo está La Palabra.

Este punto de vista propone el retomar el sentido sincero y armonioso que viene perdiendo en su trajinado y cotidiano uso, la palabra.

Sin visibilizarse como uno de los no menos importantes, ya que energéticamente, allí se construye a formar la base del bienestar y la salud. Esta radica en la conexión armónica y coherente entre la mente, la palabra y el corazón.

Reza el refrán:

No dejes que salgan palabras de tu boca, sin que antes hayan pasado por tu corazón”

La MTC considera el corazón como parte del elemento del fuego. El fuego representa el máximo yang, que se trasluce en el movimiento, la actividad, la luz, la montaña, el sol y todo aquello que signifique transformación. Consecuentemente el corazón es el máximo yang.

Es el centro del equilibrio de  todo organismo. Su estabilidad está fundamentada en el la estabilidad del espíritu.

El corazón rige el shen o energía psíquica, si el shen está en equilibrio, ninguna energía por muy fuerte que sea, puede dañar al organismo.

Según esto la enfermedad aparece en la medida que el shen se debilita.

Se sabe que cualquier emoción puede incidir de alguna manera sobre el corazón, ya sea la tristeza, la rabia, un susto, la melancolía, la obsesión.

De igual manera un cambio hormonal producido por alguna circunstancia fisiológica o emocional, también puede cambiar el ritmo cardiaco. En conclusión cualquier acontecer dentro del organismo, afecta directamente el corazón, porque él es demasiado sensitivo.

Al corazón se le ha equiparado con El Emperador, porque en la tradición oriental, este es un ser con atributos celestes capaz de orientar a su pueblo independientemente de sus deseos. Era un ser excepcional y por eso ejercía un gran poder sobre su pueblo.

Este corazón-emperador debe supuestamente lograr representar la perfección del macrocosmos que lo contempla, en un microcosmos también perfecto. Él, como ser excepcional, tiene el poder y la sabiduría para lograrlo.

A través del corazón, se encuentra la posibilidad de que el hombre recupere su identidad, su emocionalidad, su nobleza, su intención y se manifieste tal como es, recuperando su autenticidad y pueda trasmitirla sinceramente hacia el exterior.

La máxima expresión del corazón se encuentra en la palabra, considerada como un recuerdo del sonido del universo, que le permite al hombre identificarse y ubicarse en un lugar dentro de él

Es un órgano especial que alberga el espíritu del conocimiento. (J. L Padilla, 1999)

Existen estudios que indican que la causa más frecuente de mortalidad en la humanidad se relaciona con las afecciones cardiacas.

Continuamos con la trama que relaciona los aspectos que son el objetivo de esta reflexión, la palabra, la música, las niñas y los niños.

Ahora es necesario tratar algunos aspectos importantes, necesarios en el crecer saludable, evolutivo y feliz de los infantes.

Hablaremos de la música.

LA MÚSICA:

En su definición más simple y común la música es una sucesión de sonidos modulados para recrear el oído. (Diccionario enciclopédico, Olympia ediciones)

Pero con toda la audiencia y los lectores sabemos que la música desde siempre ha representado una manera de expresión del ser humano a través de los sonidos. Que en el desarrollo de  su práctica, se formula como una expresión artística con todo lo que estas dos palabras significan.

Y este sentido lo discierne muy claramente, Ricardo Lambuley en su escrito La Construcción del Sentido, en el marco del desarrollo del Programa de Investigación Alondras y Ruiseñores, en cual desarrolla una deliberación sobre la propuesta de Gombrich acerca del tema:

La expresión, como una forma de manifestar o dar a entender algo, con o sin palabras, asociado a estados de ánimo, o como respuesta a una alteración emocional. La expresión es propia de todos los seres vivos que posean sistema nervioso. Por su puesto esto nos incluye a los seres humanos.

La expresión artística, considerada desde una función comunicativa, generada a través de estímulos visuales o acústicos con capacidad de representar estados emotivos. Aquí se plantea una triple relación entre expresión, emoción y artificio.

Haciendo una clara diferencia entre las dos clases de expresiones, la humana es genuina y real, mientras que la artística requiere de un artificio para su parecido con las reales.

En el desarrollo de las consecutivas teorías sobre la expresión artística, Lambuley describe, como se desenvuelven las diferentes posiciones alrededor de la expresión artístico musical, en las que finalmente, se deben resaltar aspectos importantes como el espíritu colectivo de la expresión artística en tanto es la construcción particular de un pueblo, de sus sensibilidades,  sus sentidos propios de representar el mundo de sus sonoridades y que tienen que ver con sus propias búsquedas espirituales.

Es así, como la palabra adquiere un gran valor y poder en la tradición oral de las culturas con las narraciones e historias. Historias que susciten la emoción de lo mágico y casi lo imposible como lo son los mitos y leyendas de nuestras regiones.

Y en particular quiero referirme a la de un popular personaje, como El Mohán, mito propio de los Valles Interandinos, que resalta las costumbres y creencias de los habitantes ribereños en general[1] El papel narrativo de la palabra también popularmente hace referencia a historias de seres de la naturaleza que adquieren un particular protagonismo, en sus entornos independientemente de los roles en su relación con los hombres[2].

O la relación entre seres humanos y animales como amigos entrañables, según la canción “mi potro cenizo”, composición de Néstor Lambuley[3].

En las siguientes hebras, ya estableceremos en este tejido un color muy importante del tema que nos convoca.

LAS NIÑAS Y LOS NIÑOS

Cuando hablamos de niñas y de niños nos remontamos automáticamente al ámbito escolar. Un ámbito escolar cargado de expresiones propias de sus gentes, sus costumbres y maneras de relacionarse.

“Hoy es  pertinente hablar de la interculturalidad no como ejercicio teórico, sino como perspectiva vital más allá de las epistemologías, que permiten  el diálogo pero sobre todo,  la imbricación de saberes y estéticas en nuestro caso, que orienten el quehacer contemporáneo del hombre, volviendo a mirar la vida en su complejidad, donde el arte deje  de ser un artificio, y pueda  tener la fuerza del espíritu que reconstruya nuestro que-hacer…..Una escuela  en esta perspectiva debe partir del conocimiento como emergencia, como algo que   penetre la palabra y revele su poder como soplo de la existencia y sea ordenador del mundo(s) en su naturaleza  universal.”(Gutiérrez y Lambuley, citado por Lambuley 2017).

Entonces es preciso describir factores que en el ámbito escolar se encuentran presente.

En un primer lugar la relación del niño con el adulto. En segundo lugar el espacio o ámbito en el que se desenvuelve esta relación. En tercer lugar el constante devenir que se produce como un hecho de transformación de estos tres factores en una interacción simultánea.

“Recordando  que las niñas y los niños son considerados como seres singulares, protagonistas en su proceso de formación, activos y en constante transformación. Seres que no están en vacío, por lo contrario traen consigo una memoria social y colectiva. Que se encuentran en una etapa de exploración y adaptación a sus condiciones particulares social, cultural y ambientalmente.

Para ello es primordial el acompañamiento de un orientador, de un adulto que ayude a potenciar esta capacidad innata. Este orientador que en el aula es la profesora o el profesor, que en el ámbito familiar son los padres o tutores, lo pensamos de manera ideal como el adulto que se encuentra en una actitud hacia el desarrollo de su capacidad de comprensión del momento y necesidades de la humanidad; de una flexibilidad y compromiso hacia la búsqueda constante de la experiencia de manera creativa.

Esto le implica al adulto establecer una relación con el niño, en la que se muestre dispuesto en su papel, a reconocer y potenciar sus habilidades y características de manera abierta. Este sería un principio básico de alteridad, que sitúa a ese adulto como un verdadero dinamizador en un proceso formativo.

El sentido de esta bina es su constante evolución como respuesta a las necesidades de las épocas y contextos.

Esta se sumerge en una relación de simbiosis en la que cada uno de sus integrantes puede potenciar sus cualidades en su propio momento de vida.

El niño con sus capacidades de observar, preguntar, curiosear, apropiar, asombrase y descubrir; el adulto con sus posibilidades de comprender, interpretar, acompañar e intermediar a través de su experiencia. Los dos con grandes potenciales de experimentar emociones y alegría hacia el descubrir, pero a la vez en la actualidad, inmersos en  situaciones de rápidas y complejas exigencias, que interfieren en un sano desenvolvimiento de ello. Es allí donde se deben tener en cuenta los lugares en los que estos encuentros se suceden en la cotidianidad. La Escuela o la Casa.

Es allí donde se entretejen un mutuo aprendizaje que proporciona múltiples posibilidades de relacionarse desde el interior del individuo con los otros y con el entorno. Es allí, donde se origina La Experiencia.” (Aljure,L,2017).

Las prácticas musicales desarrolladas en cualquiera de estos ámbitos con el acompañamiento de los padres, tutores, familiares y docentes, proporcionan a las niñas y a los niños una rica posibilidad de expresarse, de jugar, de experimentar, de recrear, de reconocerse,  de observar y transformar sus realidades, convirtiéndoles en una experiencia que le ayude a un desarrollo en múltiples vectores, el cognitivo, el emocional, el expresivo, el interactivo, el afectivo.

A través de la propuesta de algunas de las relaciones entre la palabra y la música y de algunas de las múltiples posibilidades de su práctica en el mundo de las niñas y los niños, iremos describiendo aspectos fundamentales que componen esta relación y su impacto en el desarrollo multidimensional de los infantes en su ambiente escolar y familiar.

La expresión musical como arte que contiene la palabra, puede realizarse a través de cotidianas expresiones en el mundo de las niñas y los niños.

Los siguientes son solo algunos:

  • Las canciones,

 

“La canción es la superficie, en ella subyacen sus componentes”. (Lambuley, Néstor 2017, la pedagogía como explicitación )

Ya hemos mencionado dos canciones en las que su carácter narrativo, resaltan aspectos y expresiones propios de las regiones en las que se desenvuelven las historias y que trasmiten a la audiencia infantil, información y conocimiento sobre las mismas.

Las canciones y las ideas:

En la cotidianidad en el aula o con la familia quedan con cierta frecuencia flotando en el ambiente, pensares, razonamientos, ideas que no se pueden concretar en una acción. Son reflexiones que rondan y alimentan un sentir que debe ser manifestado de forma diferente.

Como lo expresa Néstor Lambuley en su explicitación de las pedagogías, se puede plantear como propósito de una práctica musical, “ampliar el mundo de los niños pues este no solamente contiene cosas infantiles. De esta manera también la canción puede ser una forma de expresar y recrear ideas[4].

Las canciones y las vivencias:

Cuando son evidencia de un proceso de interacción con el medio ambiente en el que se despierta en los niños y las niñas la necesidad de realizar acciones que son apropiadas, de vital importancia, como la recuperación de una fuente de agua que ha sido convertida en el basurero de la granja que los recibe para su crecimiento y desarrollo. La vivencia durante los meses de trabajo de limpieza, de reforestación y adecuación de lo que se sabía era un ojito de agua, hacía que todos los niños y niñas esperaran ansiosos que por aquel gran agujero se produjera el milagro de ver de nuevo, salir esta preciosa fuente vida. Finalmente tras investigar el por qué se hacía esperar y tomar las acciones indicadas ….. sucedió, volvió el agua. Para quienes vivimos esta formidable enseñanza, quedará en la memoria como una gratificante experiencia de aporte que nos hizo sentir en armonía con nosotros mismos y con la naturaleza[5].

Es importante desarrollar en los niños la capacidad de observación en su formación multisensorial. Esta se debe propiciar en todos los contextos. Hace parte de incentivar en los niños el gusto por lo elemental.

A propósito de este aspecto decía Rachel Carson: “es algo sano y necesario volver la mirada a la tierra y al contemplar sus bellezas, reconocer el asombro y la humildad” (Carson, 1956).

Las canciones y los contextos,

El citadino:

A partir de la observación de algunos niños de semillas, (institución preescolar), sobre la disminución de las aves llamadas copetones, hicimos una recopilación de las emociones que la incertidumbre de su ausencia causaba en ellos[6].

El campesino:

Es importante compartir con los niños citadinos y darles la oportunidad de conocer otros contextos, con otros paisajes, resaltando sus sonoridades y expresiones musicales, parte del diario vivir de las personas que allí habitan.

La guabina torbellino, es una expresión musical rica en tímbricas instrumentales y con una característica particular en el canto. Generalmente es en dueto femenino o mixto, frecuentemente a capella, pero a veces acompañado por los instrumentos de cuerdas. Propia de la región de Santander y el altiplano cundi boyacense, esta música tiene como forma literaria la copla o cuarteta y al cantarse se denomina guabina.

Su parte instrumental, es el torbellino. Con su práctica musical las niñas y los niños se acercan al reconocimiento, manipulación e interpretación de la rica gama de instrumentos de percusión menor como la carraca, los quiribillos, la esterilla, las cucharas, el chucho, pandereta.

“la Montaña y el Tiple”, es la canción que proponemos como ejemplo para este propósito de abordar la expresión musical de manera pluricultural[7]. “Expone e integra de manera simbólica dos valores de la diversidad andina”. Lambuley, N 2017

Las canciones y los poemas:

Los poemas son también parte importante de nuestro goce cultural. Nos evocan y trasmiten emociones. Es frecuente que los músicos quieran agregarle el ritmo, la melodía y las texturas de las sonoridades propias de su disciplina, al ritmo y melodía de la poesía.

Una excelente conjugación entre las dos expresiones artísticas la ha logrado Gustavo Adolfo Rengifo, cantautor y tiplista colombiano, que ha retomado varios poemas de nuestro querido y vigente Carlos Castro Saavedra. Para la infancia colombiana afortunadamente, ahora sus poemas no son solo recitados y sus historias contadas, también lo son cantadas, entre otros existen musicalmente “Los dos caballos y El río Magdalena”. El primero en ritmo de marcha, el segundo en ritmo de bambuco.

Las canciones y las adivinanzas:

Otra forma de jugar con la palabra, creando imágenes, semejanzas, diferencias o analogías, de manera metafórica entre objetos, sucesos, personajes, animales, son las adivinanzas. Estas también en su forma, se prestan para ser convertidas en canción.

  • Las Rondas y juegos.

Estos se manifiestan en combinaciones arbitrarias de palabras que narran hechos “triviales” de mundo infantil. En otra modalidad son palabras aparentemente sin sentido, basadas e inventadas solamente en su sonoridad. El sentido lo adquieren en el juego y el reto de coordinación y manejo corporal y espacial que este exige.

Esta expresión verbal generalmente no es cantada, con ritmo y emisión definidos, que al igual que con el canto, es exigente en la respiración, ya que incluye vocalización, coordinación motora y movimiento. Sus textos son denominados retahílas.

Integran aspectos importantes en el desarrollo integral de las niñas y los niños como el juego. Bien lo cita Néstor Lambuley en su escrito referido, “convierte lo habitual en algo complicado, en un reto, en algo ingenioso, exagerado… es posibilitador de nuevos códigos expresivos y técnicos”.

El juego también integra la corporalidad, propicia y exige el reconocer y gozar esa estructura con la cual podemos relacionarnos con el mundo, con la cual nos hacemos visibles en el colectivo y con la cual proyectamos la manera como nos instalamos en el entorno que nos rodea.

Las rondas y los juegos también exigen en sus participantes el desarrollo de la actitud de trabajo colectivo. Sus dinámicas despiertan el sentido de la solidaridad en una práctica sonora, corporal y espacial.

Las rimas y onomatopeyas generan en las niñas y los niños, imágenes sonoras exigentes en su dicción y memorización.

  • La creación,

Quitándole ese énfasis que tiene la creación, de ser posible solo por aquellos que han estudiado o se han preparado exclusivamente para ello, quisiera hacer la invitación a los adultos en general, acompañantes y orientadores del crecer de nuestra primera infancia, padres y profesores, recuperar los espacios en los que se compartan con los hijos y estudiantes, las ideas, las vivencias, las experiencias e inquietudes, que se crean en el diario vivir de nuestros niños.

Es sencillo escribirlos, ordenarlos, de pronto rimarlos y sin más complejas normas crear un poema, un cuento o el texto de una canción. Con ello podemos ir propiciando o reafirmando un objetivo educativo, o espantar algún fantasma, o comunicar una emoción. Gran porcentaje de las canciones aquí citadas han sido creadas de esta manera.

Así quedan consignadas las historias de los niños que hoy nos ocupan y que queremos acompañar en un sano crecer, rico en conocimiento, arte y felicidad.

Las prácticas artísticas son una de las tantas formas de contribuir a una nueva práctica escolar con nuestros infantes.

Las canciones referidas:

Mis amiguitos”. Canon. Música y letra Néstor Lambuley. Cancionero “Rimas y cantos para los más pequeños”. Programa Alondras.

“Ahí viene el mohán”. Letra y música Leonor Aljure Lis. Cancionero “Semillero de canciones. Fundación Nueva Cultura y Preescolar Artístico Ambiental Semillas

“Mi potro cenizo”. Letra y música de Néstor Lambuley. Cancionero “rimas y cantos para los más pequeños”. Programa Alondras.

“Los árboles”. Letra y música de Leonor Aljure Lis. Experiencias semillunas

“Ojito de agua”. Letra de Ana María Fonseca y Lorena Cubillos. Música de Leonor Aljue Lis. Cancionero “semillero de canciones. Fundación Nueva Cultura, Preescolar Artístico Ambiental Semillas.

“El Copetón”. Letra y música de Carmen Elisa Moyano. Experiencias semillunas.

“Guabinas”. Letra Leonor Ajure Lis, música Néstor Lambuley A. Cancionero “Rimas y cantos para los más pequeños”. Programa Alondras.

“El rio Magdalena”. Poema de Carlos Castro Saavedra, música Gustavo Adolfo Rengifo. Cancionero Semillero de Canciones y Martrimonio de gatos.

“Adivinanzas”. Letra y música de Nestor Lambuley. Cancionero “Rimas y cantos para los más pequeños”. Programa Alondras.

“Rimas y juegos”. Letra y ritmo de Néstor Lambuley. Cancionero “Rimas y cantos para los más pequeños. Programa Alondras.

BIBLIOGRAFÍA

Aljure, L. (2017). La Pedagogía como explicitación. Construcción desde los dispositivos a los modelos pedagógicos. “Cartillas Percepción, Expresión y Creación”. Articulo Programa Alondras y Ruiseñores. Universidad distrital francisco José de Caldas.

Carson, Rachel. (1956). El sentido del asombro. Editorial Encuentro. Madrid.

Lambuley, N. 82017). La Pedagogía como explicitación.  Construcción desde los dispositivos a los modelos pedagógicos. “Rimas y cantos para los más pequeños”. Artículo Programa Alondras y Ruiseñores. Universidad Distrital Francisco José de Caldas.

Lambuley, R. (2017).”La construcción del sentido”. Programa Alondras y Ruiseñores. Universidad Distrital Francisco José de Caldas.

L´Ecuyer, Catherine. (2012). Educar en el asombro, ¿cómo educar en un mundo frenético e hiperexigente? Plataforma Editorial. Barcelona.

Wilfart, Serge. (2015). Encuentra tu voz y tu autenticidad. Proyecto documental sobre Serge Wilfart

Otros referentes bibliográficos:

Gombrich, Sir Ernst, (¿).  “cuatro teorías sobre la expresión artística” texto de una conferencia. Trad. Carlos Montes. Consultado en internet: http://www3.uva.es/ega/wp-content/uploads/teorias-de-la-expresion-ega.pdf.

Swuanwick , Keith (2006). “Música, pensamiento y educación”. Ediciones Morata Trad. Manuel Olasagasti.  España.

[1] Narra la historia de un chamán que en la época de América aborigen, que sueña el momento en el que llegan los españoles con sus vestiduras de hierro en sus grandes caballos, arrasan con los pobladores, saquean sus riquezas, los esclavizan y finalmente los aniquilan. Ante esta revelación, impotente de salvar a su pueblo decide, meterse en el rio para nunca más salir. Pero en la narración nunca se menciona su muerte. La historia continua con la construcción de una gran casa que él hace en el fondo del rio, con su gusto por la música por lo cual siempre tiene una guitarra, con la que se acompaña. También una flauta larga, con la que interpreta sugestivas melodías. Posee unas largas uñas y una larga cabellera con la que cubre su desnudo cuerpo. Otro de sus gustos es el aguardiente (bebida tradicional de las fiestas de la región) y fumar tabaco y por lo cual siempre tiene entre sus labios un gran tabaco. Gobierna las aguas de los ríos y por eso los peces obedecen sus mandatos. Al salir a la pesca nocturna, los pescadores le temen y por eso llevan tabaco y aguardiente como ofrenda para que esta sea exitosa. De lo contrario se enredarán sus atarrayas y su canoa se tambaleará. Sale a la orilla a mirar las jóvenes lavanderas que cuando se quedan rezagadas del grupo, al llegar la noche de luna llena, corren riesgo de ser enamoradas por sus melodías, su danza y su encantadora mirada. Danzando por la playa serán llevadas lentamente a vivir a su casa en el fondo del rio. En esta parte de la historia siempre hay un niño que pregunta: “y se ahoga?”. En este momento empezamos a cantar la canción. Es mejor que una respuesta que le quite el lugar al misterio y a la imaginación.

[2] Por ejemplo “Los dos caballos”, poema de Carlos Castro Saavedra, adaptado musicalmente como canción por Gustavo A Rengifo.

[3][3] “mi potro cenizo”, es la historia narrada por un niño en la que cuenta con especial emoción la procedencia de su caballo y lo compara y relaciona con elementos propios de su región, los llanos orientales.

[4] “Los árboles” en su texto justifica en primera persona porque me gustan los árboles. Su coro repetitivo en la idea “me gustan los árboles” y en sus estrofas al comienzo siempre está el “porque…”La versión musical de esta canción está en ritmo de paseo vallenato en combinación con son montuno, en formato instrumental de guitarra, cuatro, contrabajo, guacharaca, campana y voces.

[5] “ojito de agua” la canción que expresa en dos poemas escritos por dos niñas que hicieron parte de esta vivencia, la importancia del suceso y que pusieron en ella sus emociones, ideales y satisfacción. La música es en ritmo de bambuco con formato instrumental compuesto por flauta, tiple, guitarra, percusiones, bajo y voces

[6] “el copetón”. canción en ritmo de pasillo lento cuyo formato instrumental se compone de requinto, tiple, bajo y voces.

[7] El formato instrumental, requinto, tiple, bajo, percusiones menores y voces.