Siete cosas que hacemos en Navidad y que van en contra del consumo responsable

Amigos invisibles. Los regalos típicos en las fechas navideñas. Cenas y comidas familiares, con amigos, de trabajo… Las navidades son una ocasión en la que es difícil no gastar más de lo habitual. Aunque todavía muchos hogares ven marcadas estas fechas por la pobreza y la desigualdad, el gasto medio se eleva mucho durante estas celebraciones. Y, entre tienda y tienda, ya sea presencial u online, a menudo dejamos en el olvido algunos de los valores que nos inspiran a diario.

Es el caso del consumo responsable, según explican varias organizaciones dedicadas a que el consumo no pisotee el medio ambiente ni los derechos humanos ni sociales a su paso. Mientras que en otras temporadas hacer un regalo se convierte en una acción mucho más reposada, en navidades se amontonan los compromisos, los regalos y otros gastos en un espacio muy breve de tiempo. El resultado: compras impulsivas para cumplir con las citas. “La Navidad es uno de los periodos con más consumo acrítico de todo el año, se genera una vorágine consumista”, afirma Charo Morán, coordinadora del área de Consumo de Ecologistas en Acción.

Según un estudio de Deloitte, por primera vez, España ha superado a Reino Unido en intención de gasto para estas Navidades, pasando a liderar el ranking de países europeos encuestados. “Este año gastaremos de media 633 euros en las compras navideñas, lo que supone un incremento del 3.3% frente al gasto real incurrido de los consumidores nacionales en 2016”, afirma la consultora.

El coste de algunas de estas compras poco pensadas es mucho mayor que un regalo de poca calidad, inútil o una comida copiosa de más. “Parece que los objetos aparecen milagrosamente en las estanterías de las tiendas y supermercados, pero no es así, se nos olvida quién hay detrás de esos productos”, recuerda Mónica Gómez, responsable de Comercio Justo de la ONG Setem. Un ejemplo habitual: las prendas muy baratas de ropa que sustentan su precio en condiciones laborales nefastas de quienes las producen. Pero hay muchas más.

A continuación, una lista de algunas de las acciones menos reflexivas que cometemos en nuestras compras durante estas fechas.

Preferimos que sobre a que falte

El final e inicio de año es una temporada habitual de comidas y cenas, tanto dentro como fuera de casa. Y también es habitual que sobre comida en los platos y que gran parte, especialmente en los restaurantes –si no se pide para llevar–, acabe en la basura. Las organizaciones de consumo responsable aconsejan para estos casos pensar con calma qué se necesita realmente, una acción que puede parecer obvia, pero que a menudo no se realiza, indican.

Es uno de los defectos más destacados. Pensamos también en número de regalos –a veces intentando no hacer agravios comparativos entre diferentes personas a las que se regala–, en lugar de dar un producto de calidad. En la Coordinadora de Comercio Justo nos dan dos argumentos para huir de la práctica de ‘comprar por comprar’: “Los recursos de nuestro planeta son limitados y el consumismo genera muchísima producción que el planeta no puede soportar y muchuísima basura, que genera degradación medioambiental. Y, además, comprar cosas que no son necesarias consolida aún más el sistema capitalista en el que estamos y la desigualdad de muchos países y la explotación laboral de miles de personas”.

Fuente: https://www.eldiario.es/economia/cosas-hacemos-Navidad-consumo-responsable_0_721278584.html

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