¿Plástico o Vidrio?

Reducir el uso del plástico nos ha llevado a disminuir el uso de otros materiales. No tenía sentido poner tanto cuidado evitando un material y continuar con “barra libre” del resto. Ahora apenas desechamos aluminio ni papel, pero en el caso el vidrio no podemos decir lo mismo. Es nuestro “material comodín”. Todo lo que no podemos conseguir a granel lo compramos envasado en vidrio. Hasta nuestros antojos vienen envasados en él, pero.. ¿es tan inocuo como nosotros queremos pensar?

Como hicimos con el papel, vamos a emular a la Historia de las cosas y seguir las cinco etapas por las que transitan estos materiales para ver si llegamos a alguna conclusión.

 

Extracción

Para producir plástico convencional se necesita  petróleo. Aunque muchas veces se dice que los plásticos se obtienen de los residuos del petróleo, en realidad se suelen sacar de gas licuado de petróleo, el que si no se utilizase para la producción de plásticos, se podría utilizar como combustible.

Esto cambia con el plástico biodegradable, que se produce a partir de productos alimenticios, pero puede ser un inconveniente. ¿No está ya el mundo lo suficientemente sobreexplotado y deforestado como para tener que dedicar cultivos para producir plástico?

El vidrio se obtiene de materiales muy abundantes en la naturaleza, como el sílice (que se obtiene habitualmente de la arena, el pedernal o el cuarzo), calcio y sodio. El sílice es la materia prima básica, el sodio de la cierta facilidad de fusión y el calcio la estabilidad (sin el calcio el vidrio sería soluble).

Aunque la materias primas de ambos se obtengan de recursos no renovables, el vidrio gana este primer asalto porque está compuesto con materiales que se encuentran con facilidad en el planeta y no son tan problemáticos como el petróleo.

 

Producción

Para producir una botella de vidrio se necesita mucha más energía que para fabricar una de plástico. Para dar forma al vidrio es necesario calentarlo a temperaturas muy altas, 1.200-1.500 ºC, lo que requiere grandes cantidades de energía. Es el material con más gasto energético en su producción, incluso más que el aluminio.

Según algunos estudios una botella de vidrio causa más impacto medioambiental que una de plástico, tendríamos que utilizar 3 veces una botella de vidrio para aminorar la huella de carbono que tiene una de plástico.

Sin embargo, en la producción del plástico, se generan muchas más toxinas que en la del vidrio. Muchos tipos de plásticos pueden generar dioxinas, sustancias persistentes en el medio ambiente, que pueden viajar grandes distancias y acabar en la cadena alimentaria.

En este punto dudamos quién gana este segundo asalto. ¿Es peor gastar mucha energía o liberar tóxicos al aire? Lo dejaremos en empate.

 

Distribución

No hay que  ser un erudito en la materia para darse cuenta que el vidrio es más pesado que el plástico. Cualquier producto que se envase en vidrio va a necesitar más energía en su transporte que si está envasado en plástico.

Además el vidrio es mucho más fragil, se puede romper con mucha más facilidad, por lo que en ocasiones puede necesitar el uso de otros materiales para protegerlo durante su transporte.

En este caso, el plástico gana con diferencia. Su transporte es mucho más eficiente y requiere menos energía.

 

Consumo

El vidrio es un material inerte que no tiene impacto, ni transfiere sabor a los alimentos o bebidas que contiene. Se puede reutilizar tantas veces como se desee sin problema y sin perder la calidad.

El plástico es mucho más poroso. Además contiene elementos químicos que pueden pasar a la comida o bebida. No hace falta ser científico para comprobarlo, si alguna vez has puesto cualquier comida con salsa con tomate en una fiambrera de plástico te habrás dado cuenta de que cuando vas a lavarla te cuesta quitarle el color rojizo, a veces hasta se queda por un tiempo. Y si dejas por unos días una botella de agua a medias y luego bebes de ella te “sabe a plástico”.

Aunque todavía no hay estudios contundentes que puedan demostrarlo, ciertos compuestos que contienen algunos plásticos, como el bpa y los ftalatos, pueden tener efectos nocivos en nuestra salud. Son disruptores endocrinos que se les relaciona con ciertos tipos de cáncer, alteraciones del sistema inmune e incluso con la obesidad.

No se recomienda reutilizar el plástico desechable, como las botellas de agua, ya que si se deterioran es más fácil que desprendan sustancias químicas. Incluso los productos de plásticos de larga duración, como los tápers, se recomienda no calentar comida en ellos y cambiarlos en cuanto se empiecen a deteriorar.

Aquí sin duda, el vidrio es mucho más eficiente. Lo único que tiene en su contra es la fragilidad y el peso en el caso que lo utilices para llevar comida o bebida fuera de casa, ya sea llevar la comida al trabajo o agua cuando sales de “excursión”.

 

Desecho

El vidrio tiene una gran ventaja, es 100% reciclable y se puede reciclar tantas veces como se quiera sin perder calidad, por lo que se cierra el círculo del reciclaje. Con el vidrio reciclado se pueden realizar botellas o tarros que van a poder utilizarse para alimentos. Sólo existe una limitación: el color. El vidrio de colores no puede volver a ser transparente.

Además, el proceso de reciclaje gasta un 40% menos de energía que producir vidrio nuevo. Aún así sigue requiriendo más energía que para la producción o el reciclaje del plástico.

Aunque la mayoría del plástico se puede reciclar, en muchas ocasiones no es ni práctico, ni económicamente viable. Su reciclaje es limitado, dependiendo el tipo se puede reciclar de 2 a 5 veces. Y cada vez que se recicla pierde calidad.

Con el plástico reciclado se suelen obtener productos diferentes al original y que no se van a poder reciclar de nuevo. Además, por seguridad alimentaria no se puede utilizar plástico reciclado para envases alimenticios. Al ser poroso y llevar tantos aditivos no es muy fiable que esté en contacto con los alimentos.

Con respecto al color ocurre lo mismo que con el vidrio, con los plásticos reciclados de colores sólo se puede obtener plásticos de colores oscuros.

Habría que tener en cuenta otro factor, cuánto viaja un material desde que se recoge hasta que se recicla. A veces nos pensamos que cuando metemos un objeto en el contenedor de reciclaje se puede obtener otro reciclado sin mucho esfuerzo, pero la realidad es distinta. Muchas veces estos materiales viajan muchísimos kilómetros para ser reciclados. Hasta ahora el 70% del plástico a reciclar a nivel mundial acababa en China. Este año este país ha prohibido la importación de ciertos residuos, entre ellos el plástico, por los problemas medioambientales que conllevan. No creemos que sea muy sostenible unos viajes tan largos para gestionar el reciclaje.

Hay otro factor importante a tener en cuenta y es que si ambos materiales acaban abandonados en el medio ambiente, el plástico resulta mucho más dañino. Con el paso del tiempo se irá fragmentando en trozos más pequeños sin cambiar su composición química. El vidrio, aunque tarda mucho más que el plástico en descomponerse (unos 4000 años) y lo hace principalmente por erosión, sus componentes no son tan contaminantes como los del plástico. Un trozo de vidrio en el mar, se irá erosionando, convirtiéndose en una «piedra» curiosa pero no desprenderá ni absorberá tóxicos contaminantes ni ningún animal llagará a confundirlo con comida. Incluso han llegado a echar vidrio reciclado en alguna playa en lugar de arena, ya que  la arena es su ingrediente principal.

El vidrio gana con claridad este último asalto.

 


The winner is… ¡el vidrio!

De cinco puntos el vidrio parece una mejor opción en tres, el plástico uno, y otro ni para uno ni para el otro. Lo que no significa que no tenga su impacto ambiental, como hemos visto.

Nosotros últimamente tenemos la sensación de que desechamos demasiado, así que este año nos hemos propuesto reducir su uso. Habrá productos que no podamos evitar, pero seguro que hay otros a los que encontramos una alternativa.

Ayer tuvimos una fiesta en casa y aunque hicimos todo lo posible por no desechar mucho, como ir a comprar cerveza en nuestras garrafas rellenables (growlers), al final de fiesta teníamos como 5 botellas grandes y 9 pequeñas. Tampoco esta mal, pero… siempre que echamos el vidrio a reciclar tenemos la misma sensación, nos da pena. ¿Por qué una botella que se podría reutilizar tantas veces como se quisiera, tiene que ser transportada, machacada, fundida, moldeada y transportada de nuevo para volver a ser útil? Si ya tengo una botella perfecta en mi mano, ¿por qué complicarlo tanto para que vuelva a estar en mi mano?

Nos encantaría una vuelta al sistema en el que se retornan los envases al productor para su reutilización, como se hacía hace muchos años. Últimamente se está hablando mucho del sistema de Depósito, devolución y retorno, SDDR, pero éste está más centrado en recogerlo para su reciclaje que en reutilización. Nadie se plantea que el mismo envase que devolvemos a la tienda se limpie y se vuelva a reutilizar sin necesidad de reciclarlo. No es una idea tan descabellada. ¿Por qué nadie habla de ello?

Como siempre, no se trata de sustituir un material por otro, sino de plantarle cara a nuestra cultura de usar y tirar.

Fuente: https://vivirsinplastico.com/plastico-o-vidrio/

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